Los trabajadores fluviales argentinos se encuentran bajo presión empresarial; es que desde la cámara empresarial FENA se niegan a conceder aumentos salariales si no se flexibilizan los Convenios Colectivos de Trabajo. La reacción de los sindicatos fue clara: un paro de 24 hs que comenzó a las 00:00 horas de hoy y que afecta a todo el sistema portuario argentino, la provisión de combustible y la paralización del comercio exterior que se realiza en los puertos. Este sería el primero de muchos paros que podrían sobrevenir si no se arriba a alguna solución política en el corto plazo. Un análisis del problema indica que la ecuación es simple: aumento salarial a cambio de perder derechos laborales. La estrategia empresarial: atizar la conflictividad social y la paralización del comercio exterior argentino haciendo responsables a los gremios marítimos? El problema del bloque sindical que resiste: un gremio del sector ya accedió a negociar y por otra parte, ya habrían otras actividades relacionadas con el quehacer fluvial  y portuario argentino que ya estarían siendo flexibilizadas en forma encubierta.

La medida de fuerza es realizada por el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, por el Sindicato de Conductores Navales, por la Asociación Profesionales de Capitanes y Baqueanos, por el Centro de Jefes y Oficiales de Máquinas y por el Sindicato de Electricistas Navales y las empresas marítimas afectadas son las nucleadas en la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA).

El paro alcanza a los remolcadores de puerto que operan en todo el sistema portuario argentino, remolcadores de empuje de bandera argentina y buques tanques.

La medida también afecta la normal operatoria de los buques de bandera extranjera que por sus dimensiones deban tomar remolque de maniobra para entrar o zarpar de aquellas estaciones portuarias que obligatoriamente y por razones de seguridad deban utilizar este tipo de embarcación de apoyo a la maniobra.

El objetivo primordial del sector empresario argentino sería el de forzar una flexibilización laboral bajo presión. La ecuación es simple:  «conceder un incremento salarial a cambio de la revisión de los convenios laborales», lo que implicaría forzar situaciones que comprometen al comercio exterior argentino poniendo al sector sindical como los malos de la película, cuando lo que en realidad lo que estarían  buscando es defender el salario de los trabajadores fluviales y marítimos, cuyos ingresos familiares se han visto seriamente erosionados por el efecto pernicioso del denominado «impuesto al pobre»: la inflación.

Al respecto, es necesario destacar que el Centro de Capitanes y Oficiales de Ultramar recibió dicho beneficio – aumentos salariales – a cambio de renunciar a conquistas laborales, asimismo trascendió que se estarían registrando casos de precarización laboral en otras ramas del quehacer fluvial y portuario argentino.