El empresario fluvial argentino Daniel Rey lanzó su libro «Operación de amarraderos fluviales, rutinas del Grupo El Hauar», un compendio sobre la operatoria de los amarraderos y la experiencia que el grupo empresarial argentino ha cosechado en los últimos trece años; según su autor, se trata de un «manual de operaciones, que nace casi de casualidad. porque es el sistema de gestión que nuestro grupo empresarial utiliza para los amarraderos que tenemos en la Hidrovía Paraná Paraguay, sumado a la experiencia que hemos recogido en los últimos años en las operaciones fluviales que nuestro Grupo ha desarrollado en materia de amarradero de barcazas«.

Daniel Rey  dirige el «Grupo El Hauar», www.elhauar.com.ar, una empresa especializada en agenciamiento marítimo y en la gestión de amarraderos fluviales que prestan servicios a los empujes que operan en la Hidrovía Paraná – Paraguay. El empresario fluvial argentino señaló que en el libro recientemente lanzado, «volcamos, además de las cuestiones técnicas que surgen de la confección de un Sistema de Gestión de nuestros amarraderos, el mantenimiento  del amarradero y le hemos adicionado nuestra experiencia en la materia«.

El libro contiene procedimientos para que las operaciones fluviales en los amarraderos sean seguras, la normativa asociada a dicha operatoria, detalles de la capacitación que la gente recibe, el mantenimiento de las instalaciones, principalmente en materia de seguridad, la visión del servicio fluvial que tiene a la mejora continua como «leit motive» de la gestión del amarradero y al final del mismo, un repaso de todos los riesgos inherentes a la operatoria barcacera, propio de los amarraderos.

Sobre la operatoria, propiamente dicha, de los amarraderos fluviales, un concepto que Daniel Rey se encarga de señalar puntualmente porque a su entender el servicio de un amarradero va más allá de la custodia de las barcazas, siendo la misma mucho más amplia. Tal es así que otro servicio fluvial conexo que se presta es el de llevar las barcazas desde el amarradero hacia los muelles para ser descargadas, servicio que es prestado por remolcadores de bandera argentina y tripulados por trabajadores fluviales argentinos.

El titular del «Grupo El Hauar» señaló además que hoy funcionan 47 amarraderos en el litoral fluvial argentino y que «hoy son dos las autoridades que entienden en los amarraderos de la República Argentina, la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante y, por otro lado, la Prefectura Naval Argentina«.

Respecto de la custodia de las barcazas que la empresa naviera confía al amarradero fluvial, aclaró que una de las cuestiones que es fundamental está relacionada con la prevención, es decir,  evitar que las barcazas puestas en custodia del amarradero, se suelten y puedan ocasionar un acaecimiento de la navegación, principalmente, en aquellas partes del río en que son densamente navegadas por embarcaciones comerciales y deportivas.

En materia de seguridad, indicó que la Prefectura Naval Argentina le exige al propietario / gestor del amarradero fluvial que posea un Plan de Protección del Buque y de la Instalación Portuaria (PBIP), uno de los motivos por los cuales se les impide a los remolcadores de empuje que operan en la Hidrovía Paraná – Paraguay amarrar en cualquier parte del litoral fluvial argentino.

El lanzamiento de este libro se da en el medio de la anunciada expansión de las cargas cerealeras que bajarán por el principal corredor logístico del Mercosur, la Hidrovía Paraná – Paraguay; es que Brasil aumentaría el volumen de cereal a transportar por vía fluvial en un millón de toneladas – adicionales a las movidas en el 2017 – y que podría incrementarse aún más – a los dos millones de cereal – para el 2019.

Sin dudas se trata de un escenario por demás auspicioso para el sector de los remolcadores de empujes que han debido sortear malos momentos económicos luego de la baja del mineral de hierro en el mercado internacional, circunstancia que dejó a las navieras que tenían a esta carga como su principal negocio.

 

Daniel Rey, titular del «Grupo El Hauar»